
Tutmosis III fue coronado, pero era demasiado joven para asumir el gobierno del estado. Por ello, la reina viuda Hatshepsut (quien era descendiente de reyes y reinas por ambas partes) se encargó de la regencia, alejando definitivamente al visir Ineni, el influyente cortesano que quizás estuvo detrás del encumbramiento de Tutmosis II y Tutmosis III en detrimento de la reina.
Esta gran mujer no se conformó con ser regente y en el segundo año de reinado de Tutmosis III se autoproclamó faraón de Egipto bajo el nombre de Maatkara Hatshepsut.
A la muerte de Hatshepsut, Tutmosis III fue por fin rey único de Egipto, sin ninguna atadura. Podría pensarse que fue él quien liberó su cólera sobre la figura de la difunta reina, aniquilando su memoria y usurpando sus numerosos monumentos. Pero esta primera teoría esta siendo rebatida por los egiptólogos
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